Entre la música, los colores y la alegría del Carnaval de Veracruz, se esconde un relato que convierte al centro histórico en un destino lleno de misterio. El departamento de Evangelina Tejera Bosada, la joven coronada Reina del Carnaval a los 18 años, se ha transformado en un punto de interés para turistas y curiosos.
Conocida hoy como la “Reina Asesina”, Evangelina encarnaba un brillo imposible de ignorar: belleza, juventud y fama que la hicieron centro de todas las miradas durante las fiestas más emblemáticas de la ciudad.
Sin embargo, detrás del glamour se escondía un abismo de excesos: alcohol, drogas y fiestas interminables que transformaron su vida en una espiral de tragedia.
El punto más oscuro de su historia ocurrió en su propio departamento en el centro de Veracruz, donde cometió un acto que aún hoy hiela la sangre: la muerte de sus propios hijos. Para los residentes de la ciudad, aquel lugar se convirtió en un símbolo de horror y un recuerdo imborrable de la fragilidad de la fama y la juventud.
Hoy, el edificio donde Evangelina vivió y ocurrió la tragedia se ha transformado en un destino de turismo urbano y paranormal. Los curiosos recorren sus pasillos con linternas y cámaras, en busca de relatos escalofriantes, ecos de pasos y susurros que algunos aseguran escuchar en las noches más silenciosas. “Es imposible no sentir algo extraño allí adentro, como si la historia siguiera viva”, comenta un guía local que organiza recorridos nocturnos por el centro histórico.
Aunque el carnaval sigue llenando de alegría y música las calles de Veracruz, la leyenda de la “Reina Asesina” recuerda que detrás de las máscaras y el confeti, algunas historias guardan sombras imposibles de ignorar.