A estas alturas, el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de esta martes luce inevitable y previsible. Kamala Harris ha sido una de las peores candidatas en la historia reciente del circo electoral estadounidense y los resultados de Biden en los temas del Covid, la economía y su apoyo sin restricciones al genocidio de los sionistas de Israel en Palestina le costaron el repudio millones de votantes, que ejercieron el voto de castigo, o se abstuvieron.
La respuesta de los liberales y simpatizantes de Kamala y los Demócratas, sin embargo, buscan usar a los latinos y a otros grupos como los afroamericanos y los musulmanes como chivos expiatorios.
Por ejemplo, una liberal de origen afroamericano de nombre “Shadelle”, se jactó de que los agentes de migración “amarán ver mis llamadas” para denunciar inmigrantes.
Otro simpatizante de Kamala, un liberal LGBT del partido demócrata que se identifica como @gregoryh325, señaló: “Qué se jodan los latinos y los árabes. Ahí está. Lo dije. Espero que los deporten y prohíban a todos”.
Con estas amenazas e insultos se comprueba aquel viejo dicho que reza “Rasca a un liberal y sangrará un fascista”. Luego que no se hagan los sorprendidos cuando estos grupos agredidos por el liberalismo Demócrata los vuelva a repudiar, una y otra vez.