No ha pasado ni un día desde la detención de Ricardo Márquez Blas, y el Poder Judicial acumula otro caso de un abusador sexual en sus filas, ahora se trata del ministro Alberto Pérez Dayán.
Ricardo Márquez Blas, quien hasta antes de ser detenido por la Fiscalía capitalina se desempeñaba como jefe de Asesores de la presidenta de la SCJN, Norma Piña, enfrenta acusaciones de abuso sexual contra una de sus colaboradoras.
El pasado de Márquez Blas es oscuro, pues durante el fallido sexenio de Felipe Calderón, colaboró en asuntos de inteligencia directamente con Genaro García Luna, actualmente sentenciado por narcotráfico en EEUU.
Pasemos al caso de Alberto Pérez Dayán, ministro de la SCJN desde diciembre del año 2012, propuesto nada más y nada menos por Felipe Calderón para ocupar una silla en la Segunda Sala del alto Tribunal.
Conocido por su postura conservadora y clasista al momento de “impartir” justicia, Pérez Dayán tiene abiertas dos investigaciones por abuso sexual, según informó la Fiscalía de la Ciudad de México.
El ministro conservador habría rescatado de un Centro de Atención a Víctimas a una mujer de escasos recursos, para contratarla como trabajadora del hogar y presuntamente haber abusado sexualmente de ella. En el otro caso se trataría de una magistrada federal, quien también habría enfrentado el abuso por parte de Pérez Dayán.
La Fiscalía capitalina ya se habría puesto en contacto con la Cámara de Diputados para que inicien el proceso de desafuero contra el ministro Alberto Pérez Dayán. Una vez perdido el fuero, el colaborador de Norma Piña podría ser arrestado y finalmente responder por sus crímenes contra las mujeres.
En medio de un álgido debate tras la aprobación de la Reforma Constitucional al Poder Judicial, cada día salen a la luz más escandalosos casos de corrupción, mal desempeño de funciones, y ahora hasta abusos sexuales cometidos por juezas, jueces, magistradas, magistrados, ministros y ministras, cuyas acciones se han convertido en claros argumentos en favor de la Transformación profunda en el Poder Judicial.
Tal vez más que una Transformación y Reforma, lo que urge aplicar al Poder Judicial es una “purga”.