El Presidente Andrés Manuel López Obrador generó revuelo al revelar que contempló la posibilidad de no recibir a funcionarios de Estados Unidos, incluyendo a la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall. Esta decisión se basó en el reciente comportamiento de la DEA, involucrada en un montaje realizado por Tim Golden que implicaba un presunto financiamiento del narcotráfico a su campaña de 2006.
El mandatario mexicano explicó que reconsideró su postura luego de una llamada telefónica que sostuvo con su homólogo estadounidense, Joe Biden, durante el pasado fin de semana. En dicha conversación, Biden expresó su deseo de que López Obrador recibiera a la comisión estadounidense, lo que llevó al presidente mexicano a comprometerse a recibirlos.
López Obrador compartió su preocupación sobre la actuación de la DEA, cuestionando cómo podría recibir a funcionarios de un país que lo considera sospechoso de vínculos con el narcotráfico. A través de su secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, transmitió este mensaje a los asesores de la Casa Blanca.
Aunque evitó abordar directamente el tema durante su conversación con Biden, López Obrador subrayó que este tipo de acciones por parte de la DEA sí afectan las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos. A pesar de las tensiones, el presidente mexicano destacó que se abordaron otros temas como la migración, reafirmando la postura de México al respecto.