El ministro en retiro, Arturo Zaldívar, ha levantado la voz contra lo que considera una cacería de brujas dirigida hacia él, tras una investigación ordenada por la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña Hernández.
La investigación surge a raíz de una denuncia anónima presentada el 9 de abril, que acusa a Zaldívar y excolaboradores de vulnerar la autonomía e independencia del Poder Judicial de la Federación (PJF), así como de cometer diversos delitos, incluyendo violencia sexual y cohecho.
Entre los exfuncionarios señalados se encuentran Carlos Alpízar, Edgar Manuel Bonilla del Ángel y Netzaí Sandoval, entre otros jueces, quienes habrían colaborado con Zaldívar en el pasado.
En respuesta a estas acusaciones, Zaldívar se mostró tranquilo y rechazó categóricamente las imputaciones en su contra. Además, señaló que la presidenta de la Corte está interviniendo en la contienda electoral, aparentemente preocupada por el resultado de las elecciones y el posible fin de ciertos privilegios.
El ministro en retiro calificó la investigación como una cacería de brujas y una especie de inquisición sin precedentes en su contra y en contra de otros exfuncionarios del PJF, insinuando que se trata de un intento por influir en el proceso electoral.