La fama y el prestigio de Alessandro Guzmán se desplomaron en cuestión de días. El joven influencer venezolano, conocido por sus consejos sobre éxito y riqueza, ahora enfrenta una ola de críticas tras ser señalado por fraude a través de su empresa Waysuccess.
Todo comenzó cuando la creadora de contenido Alexandra Chávez encendió la mecha a través de un video en TikTok, donde destapó las supuestas prácticas engañosas de Guzmán, quien durante años habría fingido ser millonario mientras vendía cursos que prometían un éxito inalcanzable.
Las redes sociales ardieron cuando comenzaron a surgir pruebas: testimonios de exalumnos indignados, recibos de pagos de 30 dólares por clases de apenas 30 minutos y denuncias de seguidores que aseguraban haber trabajado gratis editando videos para el influencer.
Ante las críticas, Alessandro Guzmán afirmó que su empresa está legalmente registrada en Estados Unidos y que su fortuna es legítima. Aseguró que sus propiedades están a nombre de su madre por estrategias fiscales y negó haber engañado a sus seguidores.
Más revelaciones
El escándalo alcanzó un nuevo nivel cuando su exnovia, Nikole, reveló que jamás tuvo una casa propia; en realidad, grababan contenido en los lobbies de residencias de amigos para mantener la ilusión de un estilo de vida de lujo. Además, expuso la contradicción del influencer al señalar que, aunque en sus redes promovía la independencia femenina, en privado idolatraba a Temach, un personaje con discursos completamente opuestos. Como si fuera poco, también confesó que obtuvo una orden de alejamiento contra él tras su ruptura.
Alessandro Guzmán, cuyo nombre real es Héctor Guzmán Dávila, pasó de ser un ícono del emprendimiento a un símbolo de engaño en internet. A sus 21 años, su imperio digital tambalea y el público no parece dispuesto a perdonarlo.
Este caso demuestra cómo las redes sociales pueden elevar a alguien al estrellato y, en cuestión de horas, derribarlo.
