Desde la noche del 25 de septiembre y hasta el mediodía de hoy se han registrado al menos 8 microsismos en la Ciudad de México, que van del 1 a los 3 puntos de magnitud, su baja intensidad ha sido el motivo por el que no sonaron las alarmas sísmicas.
Este fenómeno se podría considerar un “enjambre sísmico” que sería producto de que la capital se encuentra sobre la Faja Volcánica Transmexicana, pero también tendrían su origen en las cuatro fallas geológicas destacadas de la CDMX: Mixhuca, Santa Catarina, San Lorenzo Tezonco y Copilco.
Además de que a inicios del 2024, expertos de la UNAM localizaron una nueva falla denominada: “Plateros-Mixcoac”.
Los sismos locales no producen mayores afectaciones a la población, pero pueden generar daños estructurales, sobre todo en una urbe como la CDMX con demasiadas edificaciones de distintas alturas y donde persiste el problema de la autoconstrucción sin regulación”, advirtió Delia Iresine Bello Segura, del Servicio Sismológico Nacional.
Han ocurrido enjambres sísmicos, es decir varios microsismos seguidos, desde hace mucho tiempo. La UNAM tiene registros desde los años 1950 y 1956, por ejemplo. Aún se siguen estudiando pues son un fenómeno particular.
Ahora bien, la alerta sísmica no sonó en las alcaldías donde efectivamente se sintió el movimiento, debido a que no superaron los 5.5 de magnitud y a que su origen es local, es decir no superó los 100 kilómetros de distancia desde la CDMX.