El portal Intelligent.com realizó una encuesta en la que participaron mil 243 líderes empresariales. El objetivo era conocer la experiencia de las empresas al contratar a jóvenes egresados de la universidad entre el año 2020 y el 2023, la llamada Generación Z.
Los resultados fueron dolorosamente directos. La mayoría de los gerentes de Recursos Humanos evitan contratar a empleados de la Generación Z por su falta de ética laboral y sus deficientes habilidades de comunicación.
El 70 por ciento de los líderes empresariales dijeron que estos jóvenes ejercen sus propias ideas sobre ética laboral, por ejemplo, no respetan el concepto de “ponerse la camiseta”, una conducta más bien implementada por los millennials y boomers.
Pero no solo es eso, contrario a lo que la mayoría podría pensar, el 43 % de los gerentes aseguran que la Generación Z brilla pero por su falta de habilidades digitales reales, lo cual los hace elementos poco productivos.
Los recién graduados universitarios no se comunican de la manera en que lo hacen sus ejecutivos de 50 años, pero son efectivos para colaborar y hacer las cosas usando sus propias herramientas de redes sociales, mensajes de texto y aplicaciones como Slack y Google Docs”, contrastó Diane Gayeski, doctora en comunicación estratégica en Ithaca College, y una de las responsables de la encuesta.
Otros datos relevantes son que al 51 por ciento de gerentes no le gusta la actitud arrogante de la Generación Z y por eso prefiere no contratarles; el 50 por ciento de jefes también se quejó de que estos muchachos inexpertos exigen privilegios que no se han ganado, como salarios altos y posiciones para las que les hace falta experiencia.
La culpa, opinaron los encuestados, es en 50 por ciento de sus padres, y 46 por ciento es responsabilidad de sus educadores, quienes fueron muy flexibles al impartir los conocimientos necesarios para el mercado laboral.
88 por ciento de los encuestados propusieron impartir clases adicionales de “etiqueta laboral”, antes de lanzar a la Generación Z al mercado laboral.
No obstante, debemos ser más sensibles con la realidad de estos jóvenes, quienes enfrentaron el confinamiento provocado por la pandemia Covid-19.
La brecha de dos años de educación por Zoom ha tenido un gran impacto en los estudiantes universitarios, que no han podido desarrollar sus habilidades sociales y de autoconfianza en discusiones en clase, actividades extracurriculares. Perdieron muchas oportunidades de viajar, así como de interactuar con personas fuera de sus propias familias”, puntualizó Gayeski.
