En días recientes se han incrementado los comentarios contra la participación de dos mujeres trans en la rama femenil de boxeo de los Juegos Olímpicos París 2024. Se trata de Imane Khelif de Argelia, y Lin Yu-ting de Taiwán.
Ambas boxeadoras transgénero eran fuertes candidatas a ganar medallas en el Mundial Femenil de Nueva Dehli, India, del año 2023, sin embargo la Asociación Internacional de Boxeo las descalificó.
Pero los criterios del Comité Olímpico Internacional (COI) son distintos y hasta el momento defenderán la participación de ambas boxeadoras trans.
Todas las que participan en la categoría femenina cumplen con las reglas de elegibilidad de la competencia. En sus pasaportes aparecen mujeres y así lo indica, que son mujeres “, argumentó Mark Adams, portavoz del COI.
El gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni en Italia, ya ha puesto el grito en el cielo a través de la ministra de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades, Eugenia Roccella, quien manifestó su preocupación por enfrentar a su boxeadora estrella a un encuentro “desigual” frente a una boxeadora trans.
La presencia de personas transexuales en las competiciones deportivas implica, por tanto, la necesidad de identificar y garantizar requisitos de admisión estrictos, ciertos e inequívocos para una competición honesta y equilibrada. Máxime cuando se trata de deportes que implican un combate cuerpo a cuerpo entre deportistas, un enfrentamiento físico directo que puede poner en peligro y dañar a la persona”, denunció Roccella.
Y es que Angela Carini, boxeadora italiana, tuvo ya su primer encuentro en París 2024 precisamente ante Imane Khelif, en los octavos de final de la categoría 66 kg femeninos. Angela abandonó el combate y a manera de protesta no estrechó la mano de la argelina.
Son elegibles según las reglas de la federación que se establecieron en 2016 y que también funcionaron para Tokio. Para competir como mujeres, que es lo que son. Y lo apoyamos plenamente. Así que sería envidioso e injusto discutir detalles de atletas en lo individual”, sentenció Mark Adams.
Es un momento crítico tanto para la lucha por la igualdad LGBTQ+, como para replantear todo el reglamento olímpico.