Las victorias pírricas toman su nombre del rey Pirro de Epiro y se refieren a triunfos en batallas o conflictos que, aunque resultan en una victoria aparente, provocan pérdidas tan significativas que debilitan considerablemente al vencedor. Estas victorias son tan costosas en términos de recursos humanos, materiales y estratégicos que pueden llevar al ganador a una posición tan precaria como la del perdedor.
La expresión “una victoria más como esta y estaré perdido” atribuida a Pirro encapsula la esencia de estas situaciones. Aunque se puede ganar una batalla, las consecuencias negativas pueden ser tan graves que el vencedor se encuentra en una posición estratégica precaria. Las Guerras Pírricas de Pirro en Italia son un ejemplo histórico clásico de victorias pírricas, ya que, a pesar de ganar algunas batallas, no pudo lograr sus objetivos a largo plazo y sufrió pérdidas significativas.
Ahora, la derecha fascistoide de México festeja haber echado para abajo la la ratificación de Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. Su victoria pírrica será festejada uno o dos días antes de que sea aplastada ante el fracaso del proyecto Xóchitl Gálvez en el país y del líder del cártel inmobiliario Santiago Taboada en la Ciudad de México.
El último par de victorias pírricas de la derecha terminaron en que México asegurara su soberanía eléctrica este sexenio y en la fracasada candidatura presidencial de Samuel García. ¿Cómo fracasarán ahora?
