El duelo entre Brasil y Argentina se vio manchado el pasado martes 21 de noviembre, debido a una campal que desató la brutalidad de las autoridades policíacas en las gradas.
Previo al silbatazo inicial del encuentro entre el Scratch du Oro y la Albiceleste, un grupo de aficionados comenzaron a golpearse en una de las zonas bajas del Estadio Maracaná.
Al percatarse de ello, Lionel Messi y compañía se dirigieron hasta el lugar para intentar calmar la situación, sin embargo, se encontraron con que los elementos de seguridad reprimían con violencia a los fans argentinos.
Los seleccionados del cuadro campeón del mundo decidieron regresar al vestidor como protesta por la falta de garantías, sin embargo, terminaron regresando a la cancha 26 minutos después para disputar el juego.
Como se ha vuelto costumbre, la Conmebol no se ha pronunciado al respecto, prefiriendo guardar silencio una vez más sin importarle las imágenes que muestran los horrores vividos el día de ayer.