El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus proyecciones de crecimiento económico para México en 2023, pasando del 2.6% al 3.2%, lo que representa la segunda mayor revisión positiva entre los países incluidos en el análisis. Esta mejora significativa se basa en varios factores, incluidas las contribuciones de los sectores de la construcción y el turismo, así como el impacto positivo derivado de la creciente demanda estadounidense.
Este pronóstico positivo implica que la economía mexicana experimentará un crecimiento superior al promedio mundial por primera vez en 11 años, además de converger con las tasas de crecimiento de las economías avanzadas de las últimas dos décadas. El documento del FMI también prevé un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano del 2.1% para el año 2024, superando la estimación previa del 1.5%.
Sin embargo, el crecimiento mundial, según el FMI, podría experimentar una desaceleración, pasando del 3.5% en 2022 al 3.0% en 2023 y al 2.9% en 2024, manteniéndose por debajo del promedio histórico de 3.8% (2000-2019). Aunque el informe destaca una mayor estabilidad en las perspectivas económicas gracias a la resolución de tensiones, como el techo de deuda en Estados Unidos, y medidas tomadas por autoridades financieras suizas y estadounidenses para contrarrestar la turbulencia financiera, persisten riesgos que inclinan la balanza hacia un posible deterioro de las perspectivas.
El documento del FMI también señala preocupaciones en torno a la crisis del sector inmobiliario en China, cuyas repercusiones podrían extenderse internacionalmente, especialmente para los exportadores de materias primas. Además, se advierte sobre el aumento de las expectativas de inflación a corto plazo en todo el mundo, lo que, junto con la escasez de empleo, podría mantener la presión sobre la inflación subyacente y requerir tasas de política monetaria más altas de lo inicialmente previsto.
A pesar de estos riesgos, el análisis del Grupo Financiero Monex destaca ciertos matices de optimismo en el informe del FMI, aunque se mantiene un enfoque de precaución característico de la institución. En particular, el FMI proyecta un aumento de la inflación en 2024, pasando del 5.2% al 5.8%, lo que podría afectar la convergencia con los objetivos de política monetaria de la mayoría de los países hasta 2025.
