Un artículo publicado por el doctor argentino Enrique De Rosa Alabaster, señala los riesgos para la salud que enfrentan quienes consumen bebidas alcohólicas en grandes cantidades y con mucha frecuencia.
Y es que aunque pareciera información obvia, las recientes torpes declaraciones de Felipe Calderón, conocido consumidor de cubas campechanas a base de Bacardi, nos recuerdan las red flags del consumo del alcohol.
Calderón, presidente espurio de México en el período 2006-2012, dijo que no sabía que su secretario de Seguridad, Genaro García Luna, tenía nexos con el narcotráfico. Esas torpes declaraciones o son una franca mentirota o una confirmación de que el alto consumo de bacachos en efecto afectan el desempeño de la memoria, lo que podría indicar que al esposo de Margarita Zavala en efecto se le olvidó que puso a un narco al frente de su infame y mortífera “guerra contra el narco”.
“Haiga sido como haiga sido”, les compartimos algunos de los efectos negativos provocados por el consumo de bebidas alcohólicas, señalados en el artículo del doctor Enrique De Rosa Alabaster:
Daño Cerebral: El consumo crónico de alcohol puede causar daño neuronal irreparable. Un cuadro conocido es el síndrome de Wernicke-Korsakoff, que es una encefalopatía caracterizada por problemas severos de memoria, entre varios otros síntomas, pero que puede llevar incluso al coma y muerte.
Neurotoxicidad: Quizás la gran trampa con el alcohol es que se olvida que es neurotóxico. Esto implica daño y muerte neuronal. Las alteraciones en la estructura, evidentes en las neuroimágenes, aseguran consecuencias de diferente gravedad e impacto, según las zonas en las que se ha producido esa pérdida neuronal.
Problemas de salud mental: con el uso prolongado de alcohol vemos desde depresión y ansiedad, hasta cuadros psicóticos y síndromes demenciales.
Por otro lado, los efectos a nivel social, familiar, laboral, el ingreso en el mundo de las adicciones de otro tipo y la incapacidad de controlar el consumo, son evidentes. Al igual que otro tipo de adicciones, el sujeto ingresa en un mundo en el que niega la patología y encubre en muchos casos detrás de fantasías, y mentiras la realidad a sus allegados, peor más gravemente a sí mismo.
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