Los Denver Broncos hicieron uno de los peores negocios en la historia del deporte tras contratar a Russell Wilson hace un par de años en la agencia libre.
La franquicia nunca imaginó que el ex mariscal de campo de los Seattle Seahawks no iba a darle los resultados que prometía, terminando así con su despido el pasado jueves 7 de marzo.
No solo fueron uno de los peores equipos de la NFL, los Broncos también deberán pagarle 35 millones de dólares más, después de haberlo cortado de su roster el día de ayer.
Wilson parece tomar rumbo hacia los Pittsburgh Steelers, organización que ha padecido en los últimos años para encontrar al reemplazo de Ben Roethlisberger.
Mientras que Denver apostaría por hacerse de un QB novato en el próximo Draft, o bien; ir por alguien de mayor experiencia en las siguientes semanas.