Ante el fracaso de su campaña, el aspirante presidencial republicano Ron DeSantis anunció este domingo su retirada de la carrera de las primarias, dejando el camino abierto para que Donald Trump retome el liderazgo en la lucha por la nominación del partido.
DeSantis, de 45 años, una vez considerado como la opción más fuerte para superar a Trump, expresó su decisión en un video publicado en la red social X. Su salida, aunque relativamente temprana, resalta el control sólido que el expresidente aún ejerce sobre el Partido Republicano.
A pesar de liderar encuestas a principios de 2023 y ser reconocido por su estilo combativo y opiniones conservadoras, el apoyo hacia DeSantis ha ido disminuyendo en los últimos meses. Factores como una estrategia de campaña defectuosa y su aparente relación incómoda con los votantes contribuyeron a este declive, sumado al dominio inquebrantable de Trump sobre la base del partido.
Con la retirada de DeSantis, la ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, se convierte en la última republicana en carrera con posibilidades, aunque lejanas, de desafiar la nominación de Trump. El ganador de las primarias republicanas se enfrentará al presidente Joe Biden, probable candidato demócrata, en las elecciones generales de noviembre.
La campaña de DeSantis se vio afectada por la fuerte influencia de Trump sobre la base republicana, con más del 70% de los republicanos expresando opiniones favorables hacia el expresidente en las encuestas. A pesar de sus esfuerzos por atraer a los seguidores de Trump, DeSantis no logró diferenciarse como una mejor opción.
Sus desafíos políticos incluyeron la firma de una polémica prohibición del aborto de seis semanas en Florida y la oposición a la ayuda militar adicional de Estados Unidos a Ucrania. Además, su enfrentamiento con la empresa Walt Disney Co. generó críticas dentro del partido por librar una batalla innecesaria contra un importante actor empresarial.
La retirada de DeSantis también estuvo marcada por errores de campaña, como un lanzamiento poco propicio en la red social X y una gestión desordenada que resultó en despidos y destituciones en la campaña. La falta de coordinación entre la campaña y un super PAC externo contribuyó a la percepción de caos interno, debilitando aún más la posición del gobernador de Florida en la contienda presidencial.